Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 6 de marzo de 1869
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Orense (Marqués de Albaida)
Número y páginas del Diario de Sesiones: 20, 360, 361
Tema: Actas electorales de Santander. Intervención y manipulación del Gobierno en las elecciones

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Señores, es muy particular lo que aquí pasa, es muy particular que el Sr. Marqués de Albaida se levante por la mañana, abra el correo, se encuentre con que un elector le dice que no ha pegado bastante duro al Ministro de la Gobernación, y conteste S. S.: " pues voy a pegarle más duro "; y al efecto se levanta a hablar a propósito de una cuestión de actas acerca de las cuales no dice nada, para atacar al Ministro, con lo cual da gusto al elector que le dice que ha pegado poco duro al Gobierno.

Señores, si hubiera necesidad de probar que las elecciones se han hecho con perfecta legalidad, que el Gobierno no ha tenido nada que ver en ellas, la prueba nos la suministraría el Sr. Marqués de Albaida en las dos veces que se ha levantado a combatir dos actas, sobre las cuales no ha dicho una palabra.

Vinieron las actas de Valladolid; el Sr. Orense se levantó a hablar contra ellas, y los Sres. Diputados recordarán que no dijo una palabra acerca de esas actas. Lo que hizo fue tomar las actas de Valladolid como un pretexto para decir que en las elecciones se habían cometido ilegalidades, que el Gobierno se había conducido mal, que estas elecciones estaban muy distantes de ser un modelo de elecciones, que el Sr. Sagasta era un gran elector como lo habían sido antes otros Sres. Ministros, y en fin, cuatro vulgaridades y cuatro generalidades, sin acordarse para nada de las actas contra las cuales había pedido la palabra. Pero le escribe un elector que no está contento, que no está satisfecho de lo que dijo el Sr. Orense, porque creo que este señor ha debido pegar más duro al Ministro, y dice S. S.: allá voy, demos gusto al elector y con motivo de estar a discusión las actas da Santander, pide la palabra en contra. Pero ¿qué ha dicho S.S. contra esas actas? Ni una palabra. Cuatro generalidades, como, por ejemplo, que los gobernadores han influido mucho en las elecciones, que se han mezclado en todo.

Y ¿dónde están los grandes abusos cometidos por el gobernador de Santander? Dígalo S. D. si lo sabe, y sino lo sabe, o por el contrario, sabe que no se han cometido, ¿para qué toma parte en la discusión de las actas de Santander? Únicamente para dar gusto al elector que le escribe.

Señores, la conducta del Sr. Marqués de Albaida no sólo prueba que las elecciones han sido perfectamente legales, sino que lo prueba también la conducta de todos sus compañeros.

Pues qué, ¿no sabía el Gobierno que habían de ser Diputados de oposición los señores que se sientan al lado de S. S. en los bancos de enfrente? Pues bien: yo quisiera que se levantara uno a decir qué atropellos se han cometido con sus electores, qué trabajos han preparado los gobernadores para impedir que esos electores votasen a S. SS. (Varios Sres. Diputados piden la palabra.)

Hay que concretar los hechos, porque no sirve decir que-las elecciones se han hecho mal, que los gobernadores han influido en ellas, que no se han conducido bien, para que cuando uno de los gobernadores se dé por aludido, contestar: "No es a S.. S. a quien yo me refiero." Ahora mismo decía el Sr. Marqués de Albaida que los Diputados que han salido vencedores de la manera que lo han logrado los de Santander no deben estar muy satisfechos de su triunfo, y al pedir estos señores la palabra ha contestado S. S. que no se refería a ellos. ¿Pues a quien se refería el Sr. Orense hablando de las actas de Santander?

Es necesario, señores, que nos hagamos justicia. Lo que ha sido un hecho no hay para qué decir que no lo ha sido. Bastantes desaciertos cometen los hombres para que se les respete allí donde no han cometido ninguno, o por lo menos creen no haberlos cometido. Yo puedo asegurar al Sr. Marqués de Albaida que el ánimo del Gobierno ha sido hacer unas elecciones modelo y que ha hecho lo posible para que así sucediera, como lo acreditan los resultados, porque aún cuando a S. S. no le hayan parecido bien, ninguna prueba aduce en favor de esa opinión.

Señores, unas elecciones generales con el sufragio universal que han dado por resultado el poder constituirse la Asamblea al día siguiente de abrirse las puertas de este edificio porque había más de 200 Diputados con el acta completamente limpia, sin protesta ni reclamación de ningún género, trayendo las restantes tan leves, tan ligeras protestas que han sido discutidas sin dificultad ninguna, no habiendo habido más que cuatro o cinco que hayan merecido la discusión de la minoría y la aprobación de la mayoría; unas actas de esta especie, repito, ¿se puede decir que son malas? Y si no lo son, ¿por qué lo hemos de decir si no nos tiene cuenta decirlo ni a vosotros oposición, ni a nosotros mayoría, y si sobre todo no es verdad? ¿Por qué no hemos de ser francos y hemos de reconocer en los demás lo bueno que han hecho, mucho más cuando no redunda en beneficio de la oposición, que al fin y al cabo unos y otros hemos contribuido a realizar lo que se ha verificado, unos y otros liemos creado la situación presente? Honremos algo más la situación que hemos creado.

Pues bien, señores no ha habido más que tres o cuatro actas que hayan merecido discusión a la minoría, y la Cámara ha visto y el país verá qué clase de observaciones se han hecho; en ninguna de ellas tiene que ver el Gobierno: se ha dicho que tal elector se ha extralimitado de esta o de la otra manera, que tal mesa ha cometido tal abuso, que tal junta de escrutinio ha abusado de sus facultades; cosas todas independientes de la intervención del Gobierno, que no ha intervenido en nada, y a quien no se puede culpar por cosas que, después de todo, no significan nada en unas elecciones como las que han tenido lugar.

Además, señores, se ha hablado de las autoridades: Yo no tengo noticia de que ninguna autoridad haya faltado a su deber; pero si la ha habido, el Sr. Marqués de Albaida y sus compañeros tienen abierto el camino para pedir que se la castigue: en el mismo decreto electoral tienen S. SS. un capítulo de sanción penal: que ha habido tina autoridad que ha faltado a los deberes que tiene para con la libre emisión del sufragio y para con el Gobierno por lo tanto porque el Gobierno le tiene prescrito muy terminantemente que respete esa libertad, pues, ahí está la ley que le impone un castigo; acudan S. S. S. a los tribunales, y el Gobierno, no sólo no se opondrá sino que los ayudara en su tarea.

No basta, por consecuencia, venir aquí un día y otro día con las mismas generalidades, sin justificar ningún cargo: seamos serios y formales; no hagamos la oposición a un acto tan grave, tan solemne y tan imponente como el sufragio universal, y no demos gusto a nuestros comunes enemigos, que quisieran verlo desacreditado cuando no hay motivo para ello, y siendo así que aun cuando lo hubiera, quizás el patriotismo exigiría hoy callar lo que podría decirse en otra ocasión sin inconveniente.

Unas elecciones, señores en que han tomado parte tres millones trescientos y tantos mil electores, en que se ha ensayado por primera vez el sufragio universal, cuando el mundo esperaba qua habían de ser una perturbación, que habían de dar lugar a grandes trastornos y que [360] habían de ahogar en sangro el principio de la universalidad del sufragio; unas elecciones de esta especie se han verificado en completa tranquilidad, sin el menor disturbio, hemos venido aquí con la representación de la Nación, y sin embargo, los más interesados en el triunfo de ese principio las combaten uno y otro día con puerilidades, no con razones. Otras cuestiones hay en las que la oposición puede combatir al Gobierno, porque hay cuestiones en las cuales solemos no estar conformes; pero respecto a un hecho tan grandioso, que se ha verificado en completa tranquilidad, con asombro de la Europa, y traído consigo tan triste desengaño para los enemigos de la revolución, venir un día y otro a rebajarle sólo por hacer la guerra al que fue Gobierno provisional y es hoy Poder ejecutivo, no es patriótico, señores; yo espero que el Sr. Orense y sus amigos no seguirán en esa conducta, que no ha de redundar en bien ni para S.SS., ni para nosotros, ni para el país.



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